Caminos Terribles, Desiertos Crueles
V.
Al ver mis horas de fiebre
e insomnio lentas pasar,
a la orilla de mi lecho,
¿quién se sentará?
Cuando la trémula mano
tienda, próximo a expirar,
buscando una mano amiga,
¿quién la estrechará?
Cuando la muerte vidríe
de mis ojos el cristal,
mis párpados aún abiertos,
¿quién los cerrará?
Cuando la campana suene
(si suena, en mi funeral),
una oración al oírla,
¿quién murmurará?
Cuando mis pálidos restos
oprima la tierra ya,
sobre la olvidada fosa,
¿quién vendrá a llorar?
¿Quién, en fin, al otro día,
cuando el sol vuelva a brillar,
de que pasé por el mundo,
¿quién se acordará?
V.
As my lingering hours
of fever and insomnia go by,
Who will be there to sit,
at my bedside?
When my dying hand,
trembling, extends
in search of a friendly hand,
Who will offer it?
When death glazes over
the glass of my eyes,
who will close
my still open eyelids?
When my funeral bell tolls
(if a bell sounds at all),
Who will come to cry
at this forgotten tomb?
When the earth has press down
my pale remains,
who will come to cry
at this forgotten tomb?
And in the end, the next day
when the sun shines anew,
who will recall that I,
inhabited this world, who?